··········Un gran despliegue de medios (a veces cuesta distinguir entre movimiento de masas reales o dibujadas) para una notable pobreza argumental. Leo por ahí que la novela que hay detrás es un conjunto de relatos orales sobre la guerra Z, mientras que aquí se ha optado por un protagonista que va desplazándose y en torno a quien se desarrolla la acción. Eso da lugar a una serie de encuentros casuales que son los que motivan inopinados desplazamientos por el globo terráqueo, que resultan bastante extraños. Pero aparte de eso, la descripción -digamos clínica- del problema es patética: por un lado una explicación científica sobre los virus a cargo de un chaval multidoctorado, mientras sonríe encantado… en un arriesgado vuelo en un avión de carga a un lugar harto peligroso; por otro (y es algo que pasa mucho en películas cutres de zombies), el problema de la inteligencia colectiva del colectivo de afectados, que actúan con la unidad y colaboración de las hormigas (sacrifiquémonos algunos para que coma… el último que llegue), lo que no se compadece mucho con un comportamiento rabioso e individualista; y, por no decir más de esto, hay que oír a un equipo de científicos decir muy serios que no se le puede inyectar una bacteria a un zombie porque, obviamente, al estar muertos no tienen sistema circulatorio, mientras en el mismo edificio los tipos se mueven, se golpean, corren, muerden… Vale, es una historia de zombies, puede (¡debe!) esquivarse la verdad científica, pero un poco de coherencia… si un tipo se mueve alocado podemos decir que tiene un virus como el de la rabia, o lo que se nos ocurra… y no que no tiene torrente sanguíneo.
··········Hay otra tontada aún más gorda en el argumento: el protagonista, ya digo, se ve impelido a ir viajando de país en país, dejando a su familia en un buque de la Armada. Pues bien, el matrimonio se comunica con un zapatófono (un móvil de los que ya no se encuentran, de hecho parece que no puede ni mandar un sms y depende todo el rato de la cobertura) que tiende a funcionar en cualquier circunstancia (así vayan estallando bombas atómicas). Pues bien, ese aparato matrimonial parece ser el único instrumento de comunicación que porta nuestro héroe, al que nadie parece haber provisto de un sistema de comunicación con sus jefes, de modo que va dependiendo poco menos que de los teléfonos públicos o las emisoras de otros… mientras él lleva su teléfono privado para hablar con su mujer.
··········Visualmente es bastante entretenida, con algunas tomas muy vistosas, como el asalto zombie al muro en Israel. Lo que decía antes de los viajes la convierte un poco en una película episódica, en que las escenas de acción se aclimatan a los diferentes entornos por los que va pasando la acción.
··········E ideológicamente, qué decir: lo esperable, sin mayor disimulo. El parlamento final reforzando la paranoia y la justificación de que el poder militar haya sustituido no ya a la representación del poder popular, sino al ejecutivo en sí. Y un curioso bloque de propaganda sionista, que opera en muchos niveles: por un lado, el muro que ha levantado el estado de Israel como un instrumento más del apartheid es presentado como un astuto elemento de protección, levantado por expertos en ser perseguidos y sufrir agresiones. En un segundo nivel, de explicación verbal, un analista del mossad (interesante lo del décimo hombre, voy a ver si convenzo a mis jefes) llama “masacre” al secuestro y asesinato de deportistas israelíes en las olimpiadas de Munich, menciona como un ataque por sorpresa a traición la guerra del Yom Kippur, y olvida mencionar la de 1967. En un tercer nivel, naturalmente el estado israelí ha dejado entrar a palestinos a su lado del muro, para protegerles y que recen juntos a Alá y a Yahvé, porque son moderados y razonables, para lo cual se usa también la comparación con otro país que ha decidido protegerse de la epidemia con medios drásticos, Corea del Norte, con una solución escacharrante… y muy coreana. Ya por último, aunque supongo que eso es una broma simpática del guionista, el protagonista no llega a Jerusalén como ciudadano yanqui, sino como, pásmense, funcionario de la ONU, siendo tratado con toda consideración pese a eso.
··········Enlaces a imdb y filmaffinity.