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··········Yo no sé quien traduce los títulos de las pelis. ¿Sin destino?, si algo tiene esta peli son personajes que saben muy bien hacia dónde van; alguno quizás no llegue, pero eso es el destino, no su falta.
··········Una buena peli del Oeste, con sus héroes de códigos morales intensos e ilegales, con su naturaleza poderosa y querida, con sus frases sentenciosas (sin pasarse, ocasionales pero potentes: “apostaría mis mejores recuerdos…”, ¿cabe una apuesta más grave?). De las que te hacen disfrutar.
··········Música espiritual, pero solitaria y con banjo, e intercalada con esa otra espiritual a la manera profana (como los cármina burana), unos paisajes hermosísimos, y unos caballos…, algunos hermosos y desleales como “Cinco”, pero los más de aquellos que sabes que van a llegar hasta el final, o a dar calor al final.
··········Los saludos son oportunos y no repetitivos como citas: la escena feliz de “Dos hombres y un destino” pero con caballos en lugar de bici, el dispensario con el cuerpo del Ché para exhibición por el ejército boliviano, los españoles (sus multinacionales) que depredan y la referencia en eso a las salinas de Uyuri, que ahora, para desesperación de Butch Cassidy, también son un bien económico, aunque hoy Bolivia se puede defender del expolio.
··········Y una buena historia, que no se queda en la visión nostálgica del viejo de que las cosas ya no son como solían ser, y de que ya no hay moralidad ni entre los ladrones, porque es también la construcción de una amistad que se revela falsa, y que no se vive desde el cinismo, sino desde el dolor de la pérdida, por quien tuvo una verdadera amistad, de las que no rompe ni el amor de una mujer.