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··········La película tiene una música desatada, una música de peli de miedo, quiero decir, rearrancando a cada momento y con volumen y bajos de esos que entran hasta los huesos. No es banal: es que realmente se trata de una peli de miedo en sus formas simples: miedo a base de situaciones de riesgo, de amenazas y sustos. Por tanto, un miedo que no implica personalmente y que desaparece al salir de la sala.

··········Pero muy competente. Las situaciones de terror en realidad son tres: ser secuestrada, convivir en un obligatorio encierro con al menos un psicópata y ya un ataque marciano. Pero lo valorable de ello es que en cada historia, de alguna manera están zumbando al fondo las otras dos: los temblores de tierra al irse y la voz y la argumentación asustadora de la pareja abandonada; el riesgo de lo que hay fuera y de las propias cobardías pasadas durante la fase de encierro; el empoderamiento vía terror y el pánico a lo dejado atrás en la fase marciana.

··········También me parece correcta la modulación de acciones y reacciones de los tres actores que han de sostener la peli. Quizás el papel de ella chirríe un poco al principio, con esos impulsos peleones en una situación donde no tienen sentido lógico, y que no se corresponden bien con una personalidad que viene de ser pisada por su pareja.

··········Igualmente correcta y meritoria me parece la filmación de los espacios. No basta transmitir la sensación de encierro, sino que tienen que ser comprensibles para los movimientos posteriores de la trama. Y la tensión me parece eficazmente construida y mantenida.

··········El intento de mensaje final (ir a Chicago en lugar de a Baton Rouge), algo así como la necesidad de los oprimidos de luchar y no sólo protegerse, queda un poco desbaratado por lo que decía de que en las primeras escenas del secuestro ya se ve esa actitud y, por tanto, no parece un producto de las duras experiencias.

··········Enlaces a imdb y filmaffinity.