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··········Una agradable sorpresa del cine más comercial. Hacía mucho tiempo en que no lograba ver una peli de este tipo sin que una multitud de tonterías y de falta de pulcritud me expulsaran de la historia. Aquí uno puede entrar, volver a tener diez o doce años y dejarse llevar por una historia simple, pero vivaz y entretenida.

··········Es cierto que no tiene mucha potencia ni en la imagen física ni en la simbólica. En cuanto a la primera, el descarrilamiento ferroviario aunque excesivo se disfruta tanto como lo han debido disfrutar los que lo han hecho, y el esquivo monstruo se compensa con una faz curiosa, pero no aprovecha mucho del cine en el cine ni la historia en plan incidente de Roswell. Y en cuanto a lo simbólico, más allá de la entrega del colgante como una superación de la muerte y de la solidaridad entre los constructores de maquetas, yo no le veo gran cosa.

··········También me parece forzada la causa que se nos da para la historia de capuletos y montescos, que malamente se entiende que alcanzara a los hijos. Y algunas situaciones son consabidas (la gente siempre se encuentra aún en medio del mayor caos, los buenos han de separarse frente al malo, …). A cambio, los diálogos no dan la sensación de haber sido oídos mil veces (se ve que no cuesta tanto molestarse en no repetir una frase que te suena).

··········Pero sobre todo, hay una alegría narrativa, unas grandes ganas de hacerlo pasar bien con acción y emociones simples, que está bien transmitida por los muchachos. Lo que se le pide a una peli así: que puedas llevar niños a verla sin avergonzarte; y sólo el tiempo dirá si la recordarán como nosotros a otras.

··········Encima, empieza bien y acaba bien. La peli de super 8 sobre los títulos finales es simpática. Y el principio, con el cartel de los accidentes, aparte de ser narrativamente muy eficaz, deja ver que la fábrica es de los trabajadores y, oye, un punto.