··········Me resulta inevitable asociar esta peli a la de Fatih Akin sobre la música en Estambul. Como en aquélla, la historia se presenta a través de unos personajes, que apenas sirven para ir enlazando unas piezas musicales con otras. La vida y problemas de éstos ni se nos cuenta demasiado ni queda muy clara, tampoco me importa gran cosa; siendo dos no llegamos a saber de la relación entre ellos, o con sus familias, o lo que sea; de qué viven, con quién. Cuando, cerca del final, se llegue a una culminación dramática y se apropien del argumento, ya no importa demasiado, porque la peli se ha ganado la atención con lo que realmente importa.
··········Una suerte de enlace de videoclips musicales, casi siempre comentados visualmente con imágenes entrecortadas de la vida cotidiana de las clases populares en Teherán. Y ambas cosas sí que funcionan para que la peli resulte atractiva. Como pasaba en la de Estambul, la variedad musical es notable; cierto que sólo dos piezas –más una danza en otra- son locales, el resto son los mismos tipos de música que en cualquier parte del mundo, y una buena cantidad de veces con letras cantadas en inglés en lugar de en farsi. Pero en esta peli tiene lógica, puesto que el asunto es que es ese tipo de música la que está semiprohibida, estorbada, censurada a ratos, en el Irán en manos de religiosos.
··········Esa variedad (rap, indie, heavy, …) resulta un tanto forzada argumentalmente, al ser unida sólo por la leve idea de que los protagonistas buscan músicos para completar un grupo, en un casting un tanto absurdo por el batiburrillo de estilos. Tampoco importa demasiado, los sucesivos grupos que aparecen están encantados de que les filmen y hacen lo suyo con bastante naturalidad.
··········Lo que no es la música tiene además un elemento positivo: la inclusión de un personaje –y un actor apropiado- de esos capaces de vender neveras a los esquimales, pero no de callarse ni debajo del agua, que mantiene a lo largo del metraje un toque de humor continuo. En fin, una cosa simpática que, aunque principalmente sea unos videoclips, no deja de plantear cómo las prohibiciones absurdas generan vidas paralelas a la realidad oficial.
¿Que lo que funciona es el enlace de videoclips? ¡Dios! Los dos primeros pasen, pero después no puedes creer que utilicen la misma técnica una y otra vez. Creí que nos habíamos librado del rap, pero no… !al final cayó!No es una película (no tiene argumento alguno, no te cuenta la relación de los protagonistas ni sus ideas ni sus sentimientos ni nada), no es un documental (que por lo menos podría explicar un poquito más las cosas ¿qué es lo que está prohibido, cantar en inglés? Porque las canciones del guitarrista a los niños parecen más censurables en cuanto a contenido que lo que se supone que hacen los protas…) Y ni siquiera consigue implicarte contra el régimen: no te explican lo que prohíben, no parece muy amenazante la poli, salvo que te quitan perros pero te ponen multas arbitrariamente (yo de ser el poli le habría matado para que se callara….), acaban de salir de la cárcel pero no parece importarles volver porque se empeñan en hacer un concierto pero a la vez se tiran por la ventana si llegan… Absurdo todo y encima aburridísimo. El elemento positivo que dices es lo peor de la peli y decir que esta peli es “simpática” es arriesgarse a que no te vuelvan a dirigir la palabra los que vayan a verla. ¡No lo hagais!
Jajaja.. menudo comentario! más claro agua! Y la cosa es que coincido en casi todo con ana: un rollo de película, aburrida, pesada, lenta, mal explicada.
Yo tampoco me entero de qué está prohibido hasta que me leo la revistilla de los Renoir y me entero de que los grupos son reales, que las mujeres no pueden cantar como solistas (sólo como parte de coros), la censura, etc. Pero viendo la peli no me entero de nada.
Los dos protagonistas son sosísimos, menos mal que como dice PFO está el pesado que no para de hablar y le da un poco de vidilla al asunto, porque si no es para dormirse.
La calidad musical, en mi opinión, tampoco es muy allá (y en esto no estoy de acuerdo con ana: ¡la mejor canción es el rap!), así que hay poco que rascar.
Curiosa la coincidencia con “Persépolis”, donde también hay un chaval que se cae y se mata (éste al saltar entre tejados) cuando la policía irrumpe en una fiesta clandestina (que imagino serán todas). La diferencia es que ahí sí dan miedo las represalias que pueden sufrir estos jóvenes si les pilla la policía con alcohol, música y chicos y chicas mezclados y revueltos.