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··········Un poco inevitablemente, ante una película así, uno tiende a buscar una interpretación simbólica global, en la que cada elemento contribuya a hablar, en espejo, de otra cosa, mientras se narra aparentemente un suceso cuya aparente falta de lógica es lo que nos lleva a decir “en realidad habla de”. Sin embargo, y aunque a mí la película me recuerda más al “Teorema” de Pasolini, hay que reconocer que se acerca más a los “Funny games” de Haneke, aunque aquí la violencia sea menos repentina y menos explícita. Pero puestos a citar, es más divertido relacionarla con “La invasión de los ladrones de cuerpos”.

··········Esta dificultad para darle una lectura simbólica viene de una acción que se complica, con una multiplicidad de personajes y de acciones. De hecho, en algún momento me parece que la peli se alarga sin mejorar. Aunque algunos personajes indican la línea de interpretación (somos ricos por ser occidentales, no es culpa nuestra, hay que respetar el trabajo de terceros implícito en cada objeto de consumo, …), no se acaba de ver las causas de la elección entre eliminación o captación de las víctimas, por ejemplo.

··········Aunque durante toda la peli hay un tonillo humorístico (teniendo en cuenta lo que narra, que no es muy gracioso), lo mejor en esto son los primeros. Un inicio de película potente y divertido, que te sitúa ya como espectador en el asombro y el descoloque. Pero luego la peli, al ser bastante desasosegante, ahoga el humor.

··········Y hay también momentos (significativos, pero pocos, chocando siempre con la formalidad real de la peli) visualmente impactantes, como el íncubo, la primera aparición de los galgos o la siembra en maceta bajo el agua. Y el contraste entre la casa, las líneas racionalistas y funcionales, con el bosque, tan cercano, tan salvaje, tan lleno de alimañas subterráneas, con un ámbito intermedio, el jardín, que, como primera línea de defensa frente a la naturaleza, debe ser destrozado.

··········Enlaces a imdb y filmaffinity.